viernes, 21 de diciembre de 2007

EL PENSAMIENTO EN DIAGONAL INDUCIDO (Por el Dr. John Key, nuestro especialista)


También tenemos los casos en los que la manifestacióin del pensamiento en diagonal se ve inducida por algún factor externo que nos conduce mismo a conducirnos de determinadas maneras.
Cabe como ejemplo el caso del señor que quería tomar el colectivo. Al llegar a la parada, buscó la plata para el boleto en su bolsillo y no encontró monedas. Insultando en diversos idiomas, se da vuelta y encuentra frente a sus narices un local de expendio de golosinas, tabaco y demás deudos.
Ahí entra en funcionamiento el pensamiento en diagonal inducido. Inducido en este caso por la falta de cambio chico para viajar.Sabemos que el transporte colectivo urbano de pasajeros no permite la subida si uno no tiene monedas para pagar.
No es el mismo caso que en los kioskos o en los taxis en los cuales ningún reglamento establecido de antemano indica que uno no puede hacer uso del servicio ofrecido si carece de monedas. En cambio en los colectivos sí está establecido dicho reglamento y además es de suponer que si las máquinas no tienen ranura para los billetes sino tenés monedas te tenés que bajar. El chofer si le pedís va a responder con una rotunda negativa sólo en el caso que no ignore amén de su reclamo, su prescencia estimado lector, lectora.
Es por esto que el señor que estaba en la parada de colectivos tuvo que dirigir sus pasos hacia el local de expendio con el fin de conseguir que le cambiaran su billete. Es decir, debió consumir en el local, gastar más allá de lo que tal vez su presupuesto se lo permitía, tal como funciona el pensamiento en diagonal.
Pero esta vez, por más que haya comprado sendos artículos de distintos gustos , tipos y tamaños, hay que entender que muchas veces bueno,uno está ahí y ya se sabe como es.
El caso del pensamiento en diagonal inducido ha sido profundamente analizado por las grandes corporaciones de la hamburguesa entre otras grandes empresas y/ó trusts de distinto origen y factor.
Podemos dar fe, en este aspecto, de que los sistemas acondicionadores de aire que hay en los centros comerciales de gran magnitud , poseen entre sus partículas , una gran cantidad de ozono, elemento faltante en la atmósfera.Al respirar aire con mayor carga de ozono, los pulmones se abren y uno empieza a sentir no sólo una leve euforia, sino la tranquilidad de estar respirando con normalidad o, por lo menos, de una manera supuestamente más saludable de lo que uno está acostumbrado.
Es por eso,colegas, que muchos visitantes a ese tipo de malls, al ser penetrados por el ozono reinante en la atomósfera del lugar, sienten la compulsiva necesidad de gastar.
Ese es otro tema amigos, hay que cuidarse de no caer en las redes del pensamiento en diagonal. Es un mal que nos aqueja a todos.

Dr. John Key
Nebraska. 1992.

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